No, no son términos incompatibles. Siempre ha habido pensadoras, aunque su número ha sido más bien escaso. Pero teniendo en cuenta que el acceso a la cultura ha estado limitado para las mujeres hasta el siglo XX, no han sido tan pocas y su esfuerzo, merece nuestro reconocimiento.
En la
Antigüedad, contamos con el ejemplo de mujeres que, a pesar de no ser consideradas como ciudadanas de pleno derecho, lograron dedicarse a las matemáticas, la filosofía o la poesía. El caso más conocido es el de
Hipatia (370-415), filósofa neoplatónica y gan matemática, profesora de la escuela de Alejandría, y que murió asesinada por defender sus ideas.
En la
Edad Media los monasterios y conventos fueron importantes centros de conservación y transmisión cultural. En uno de ellos vivió
Hildegard von Bingen (1098-1179), célebre por sus reflexiones religiosas y estudios de tipo científico.
En la
Edad Moderna algunas mujeres aristócratas tuvieron un acceso más fácil a la cultura. Destacan las figuras de Gabrielle de Châtelet (1706-1749) o Sophie Germain (1776-1831), que no sólo se dedicaron a divulgar la obra de sus coetáneos (Newton, Voltaire...), sino que ellas mismas produjeron obras filosóficas y científicas. Esta tradición tuvo su culminación en
Ada Byron, (1815-1852), pensadora y matemática precursora del lenguaje informático.
La
Edad Contemporánea se caracteriza por el lento pero imparable poceso de equiparación de los derechos de hombres y mujeres. Aumenta pues el número de filósofas de prestigio, de dicadas a diversas ramas, como metafísica:
Simone Weil (1909-1943),
Edith Stein (1891-1942); política y sociología, como
Hannah Arendt (1906-1975); los derechos de las mujeres, como
Simone de Beauvoir (1908-1986)...
Y, ¿en España? Te propongo que investigues, en la red, la obra de las principales filósofas españolas:
María Zambrano, Victoria Camps, Adela Cortina.... Haz un breve resumen y deja tus comentarios.